Diálogos

Thursday, August 23, 2007

Matta me mata



Discurso sobre los derechos humanos del pintor Roberto Matta, pronunciado en el foro sobre la cultura chilena que tuvo lugar en Torum (Polonia) en mayo de 1979 y en el que participaron connotados intelectuales



(Roberto Matta - Eduardo Carrasco)


Esta historia es tan redonda


como es redonda la tierra


y por eso para verla


redondo ha de ser el ojo.




Ahoranza es ver el centro


desde el centro de la esfera


un ver que es ver de una vez


un alboroto en la vista.




Ver a los destacagados


que quieren arauco muerto


para sembrar sacristanes


descargando avemarías.




Que Alonso ensille su Zúñiga


y alborote el verbo ser


para que redondamente


se sepa lo que hoy ocurre:


se proponen liquidar


lo que arranque en nuestra América


con pinocharcos de sangre


servidores del Imperio.




Estos los destacagados


programados, programadores de agravios


que con balidos de pólvora


tumban y tumban sin tumba.


Para salir del agravio


de que no seamos hoy día


se requiere agricultura


de una real Demogracia.




El estado del humano


en el sepultado estado


en que está cualquier estado


está en deplorable estado.




Reorganimar la amistad


es la cuestión más urgente


y una sola religión


no sirve para este asunto.


Sacar la luz de la tierra


y de toda conflicción


de raspares y rascares


bajo la lucha de clases.




Que salga el sol en el ser


que nos dejen ser humanos


que el sujeto humano está


muy sujeto a ser humano.


Hay que sacarse la mierda


volver a la inteligencia


iluminar nuestro verbo


reoxigenar la vida.


Mañana es hoy día mismo


y estamos muy atrasados.




Hay que alegrar esta tierra


construir nuevas justicias.


El cuezco de este problema


es que estamos todos solos.


Abrir el verbo sin miedo,


atención al infrarrojo.


Y esto es todo lo que digo


que les digo que se diga.


Señoritas, señoronas y señores:




Muchas gracias.

¿Y Uds. no iban a cambiar el mundo?


¿Y Uds. no iban a cambiar el mundo?
¡NIÑOS, LES JURO QUE PARA ESTO NO ERA!
Desesperada respuesta política de padres políticamente derrotados.
Mario Gutiérrez C.

Queridos todos:
Y bueno, ya lo hicimos, nos juntamos, nos reconocimos.
Ellas, como el buen vino; los varones, unos kilos de más, unos pelos de menos.
En fin, ahí estábamos, riendo, recordando y creando nuevas situaciones.
Nos hemos juramentado por que Para Esto No Era.
Uds. ya lo saben, era otro el horizonte al que apuntaban los esfuerzos de esta generación.
Ellos, se han hecho de los frutos de aquella entrega.
Ellos, saben que no cuentan con respaldo popular, saben que no representan al pueblo sino sólo a sí mismos y al poder de su propia corporación.
Queríamos algo distinto a la degradación cotidiana de la infancia y la juventud. Algo más parecido a la presencia de los anhelos comunes en las instancias de decisión.
Bregamos por la libre circulación de las ideas y de la información. Un paradigma distante a la promoción de la idiotez y la bajeza moral que domina los medios de comunicación.
Nos afanamos por algo lejano a la Constitución del 80 y el sistema binominal.
Más cercano a la virtud, distinto de la hipocresía.
Mas, nos asiste el respaldo moral de haber estado allí, en ese minuto, en ese espacio que nadie quería estar. Dijimos e hicimos con fuerza lo que socialmente se sentía y se callaba.
El que ellos (mayoritariamente), no estuvieran allí cuando era necesario, el que llegaran desde alguna altura olímpica directo a sus sillones, no los inhabilita, necesariamente, para gobernar en tiempos de paz, mas sus obras y maniobras en la oscuridad sí.
Sabemos que será otra la generación que enfrentará mejor que la nuestra, esta nueva forja de la historia.
No obstante, tenemos aún la posibilidad de expresar públicamente nuestra decepción por el uso y la manipulación que se ha dado a la conquistada democracia, y nuestro desprecio por esos, los enanos con poder, los que transaron todo, con tal de tener un cupo en la jerarquía; pues para esto no era el gran movimiento social que se gestó desde mucho antes del 89’ , y que a costa de generosidad, audacia, heroísmo, sufrimiento y dolor humano, logró desestabilizar a la dictadura, al punto de llevarla a aceptar el plebiscito del Si y del No.
Ha sido un precio demasiado alto, para tan mezquino beneficio.
Pero:
Aquí está la Sara y su mano adelantada para hacer el juramento.
Julio, valiente y comprometido.
José Luis con su calidez y entusiasmo.
La Susana, con toda su gracia y su coraje.
Roberto, con todo su gran ánimo.
Miguel, siempre bien dispuesto a la acción.
La Mónica, sosteniendo con su grandeza silenciosa.
Gustavo, dueño de tantos talentos.
Negro Osvaldo y su mujer, irreductible dupla de mílites de lo justo.
Al parecer, algunos están ya de regreso.
Faltan otros más, ya vendrán.